lunes, 5 de julio de 2010

VESTIDA DE CARNAVAL






















Entre los Señores de Ordás vive silenciosa la ventana del cuartón, en otra hora aposento de una prole de sonrisas, juegos y gregerías. Un errante, amigo del daguerrotipo, ha robado para mis pinceles la sonriente belleza de sus maderas, que vestidas de carnaval dejaron sus moradores. Ahora, con la luz del medio día, resplandecen los colores, a semejanza de una bandera de otros mundos, eso si, muy cercanos.

NADIE ESTARÁ EN CASA


Quiero recordar los días de viento y lluvia, acurrucado a aquella manta del Val, mientras tras los cristales imaginaba cientos de batallas al galope en mi caballo de cartón. Cuantas horas se han disuelto en el aire, para acariciarnos con el paso de las páginas amarillentas, cubiertas del polvo de deja los años. Hoy quisiera regresar a ti, he preguntado a las flores que antes veía, pues nadie respondía a mi llamada; llorosas me susurraron que nadie estará en casa, tan solo queda la belleza de tus arrugas.

MANZANA DE ADÁN



Vestida de terciopelo carmesí, te ocultas entre las luces para coquetear con Adán. Baile de velos que insinuan tu silueta, hermosa lujuria del paraiso. No eres Eva, ni siquiera la fruta que ha nacido para perdición bíblica. Quiero contemplar tu aura, hasta que mis ojos evejezcan con tu luz; quiero danzar con tus amantes, como no, de rojo apasionante.