jueves, 11 de abril de 2013

ABRAZO


Ya resuenan las campanillas del caballo de la calesa blanca, se acerca por el paseo de los castaños. Con paso firme por el hábito de tantos viajes, altanero y observador, repasa las intenciones del viajero.
Una simple sacudida de su cabeza, haciendo tañir sus sonajeros, es la contraseña de aviso a Doña Rosario, la castañera del parque, para que le ofrezca un par de frutos a su paso. ¿Que simple verdad? ...como nuestras vidas.

SILENCIO

Detrás de cada esquina encuentro a necios historiadores, hábiles conocedores de tantas cosas... De charlatanes y nobles con traje azul  está llena nuestra vida.
Me gustaría que se callen tantos que no deben hablar, quisiera que se sellaran las bocas de aquellos que nos venden por un maravedí.
Espero que a todos aquellos que nos han convertido en estatuas de sal, beban de sus aguas cenagosas.
Y por último me pregunto, tanto bastardo como hay ¿no tienen hijos?, pues vaya herencia, seguro que os recordarán mucho más que nosotros mismos.

LAS HUELLAS DE LA VIDA


No se cuando vi por última vez tus manos, enciclopedia de la vida. Quisiera sentir una vez más el roce de tu piel, aun sabiendo que eran contadas tus caricias, seguiré esperando que sea una vez más, discretas pero hermosas.
Esta noche, acurrucado en la oscuridad, te sentiré de nuevo riéndote de lo efímero, (donde vive la esencia de nuestras vidas).

CHORIZO, PAN Y VINO

Me gustaría no olvidarme de las noches de bodega, de los días pisando la uva, de los versos que salen al quinto vino, de los amigos, de aquello que convierte un instante en algo eterno.
Cuando las luces del fin del tiempo se enciendan, quisiera no tener que perdonarme por nada, quizá me remuerdan los besos que no dí.