Ahora que se tiene tan de cerca el aroma de los sentidos, cerramos los ojos, como si fuera un ritual ancestral, para identificar los matices que hacen de lo bello algo que se impregne en la piel como sutil perfume, para perdurar. Sentado en aquellos momentos en los que nada hace reaccionar mi cenagosa existencia, hago volar mis sentidos en busca de aquellas sensaciones que en otra hora entendía. Por favor, deja que tu alma busque en los infinitos valores de nuestra efimera existencia.
Los ojos se cierran cuando buscan abrir al máximo la percepción de sensaciones que ahoguen a los sentidos.
ResponderEliminarCon ojos abiertos o cerrados, tu obra deslumbra.
Me gusta tu trabajo. Magistral.
Saludos.
Me alegro por haber pellizcado tu curiosidad y si te gusta mi trabajo, doble satisfacción. Muchas gracias Marisa. Mil abrazos
ResponderEliminar¡Ala...!
ResponderEliminarPor si la puntilla no era lo bastante romántica, y el pensamiento que le susurró a la flor no era lo suficientemente bonito, le añades al muro ese corazón en el que todas quisimos que pusieran nuestro nombre alguna vez...
Te ha quedado precioso...
Esa frase: " sentado en aquellos momentos en los que nada hace reaccionar mi cenagosa existencia..." es dura... ¡es muy dura amigo!
Un beso enorme
tranquilidad, sensualidad, genialidad ... gracias por tu blog
ResponderEliminarIntentamos que el alma encuentre valores inmensos en este habitat que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarGracias!
Un saludo
Gloria